Page 46 - Fabio Gasti (a cura di), Seneca e la letteratura greca e latina. Per i settant’anni di Giancarlo Mazzoli, Pavia, Pavia University Press, 2013
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colectivos, se opta por la indefinición; tendencia que coincide con la tendencia a
concretar en individuos la exposición. El colectivo, como agregado de individuos, está
lejos del colectivo representativo de un conjunto de hombres que comparten un
propósito y una condición común.
El mos así se reduce a hábitos personales que pueden ser compartidos por mucha
gente, cuyo carácter de grupo les viene dado por su pertenencia a una época, por su
localización, por su educación, pero que no constituyen organismos con entidad
propia como sucedía en Cicerón.
Otras veces, siempre en la línea de reducir el alcance de ‘norma’, que veíamos
presente en Cicerón, recurre a otros procedimientos; por ejemplo, para describir un
mos aceptable recibido de los padres, Seneca no dice mos parentum, sino mos
parentum optimorum (ben. 7,31,4; epist. 66,27).
Como era de esperar, la ausencia de términos acompañantes pertenecientes al
área jurídica es casi total. Solamente quedan rastros de un posible contacto cuando
aplica mos a fenómenos de la naturaleza (stellis mos est) o cuando menciona pautas
que deben seguirse en métrica (mos erat correpta media syllaba uti); aquí puede
entenderse como ‘norma’, pero como se ve, fuera del ámbito humano.
En la mayoría de los casos se emplea para calificar determinadas actuaciones
como habituales sin mucha más transcendencia que la anecdótica e incluso en algunos
casos concretos no llega a eso:
ben. 3,40,2 rapi eum (scil. servum) Vedius iussit ne vulgari quidem more
periturum.
Podemos, para finalizar este punto comparar un ejemplo de Cicerón, ya utilizado, con
uno de Séneca; en los dos el adjetivo es el mismo, novus:
Cic. Verr. 2.,67 hoc iniecto metu iudicibus novo more, nullo exemplo, ecquam
rem putatis esse in Sicilia nisi ad nutum istius iudicatam?
Sen. brev. 13,6 num et Pompeius primum in circo… pugnam edidisse,
commissis more proeli innoxis hominibus, ad ullam rem bonam pertinet?
princeps civitatis et inter antiquos principes, ut fama tradidit, bonitatis eximiae
memorabile putavit spectaculi genus novo more perdere homines.
No cabe duda del significado de mos en Cicerón, como tampoco en Séneca, donde
incluso podríamos interpretar como ‘nueva moda’.
El comportamiento del plural: mores, por el contrario, adquiere connotaciones
claramente morales, con independencia de que el genitivo o adjetivo que le acompañe
sea personal o colectivo. Esta acepción moral está explícita en la epístola 71,7 donde
atribuye a Socrates el haber reconducido toda la filosofía ad mores, en clara alusión a
la reducción de la filosofía a la ética. Es habitual encontrar pasajes donde Séneca
habla de corrigere civitatis mores (ben. 1,22,2), constituere bonos mores civitati…
vitia eluere (ben. 1,22,3), componere mores (ira 3,5,1; Helv. 18,8; epist. 29,9);
maledicta mores et vitam convulnerantia (const. 17,1). La presencia en el contexto de